martes, 15 de abril de 2014

ASTURIAS SIN JAPONESES. ¿POR QUÉ?

Llibro "Los 100 pueblos 
más bellos de España",
de Osamu Takeda.

ASTURIAS SIN JAPONESES


Cada año visitan España 400.000 turistas japoneses. Madrid, Toledo, Andalucía y Barcelona son sus destinos de preferencia. El 30 por ciento de ese civilizado y risueño contingente se desplaza en viajes organizados por los tour-operadores “Japan Travel Bureau”, “Kintetsu International Express” y “Nippon Travel Agency”. Desde mediados de los años noventa, se ha incorporado al circuito Galicia, donde se viene notando un cierto flujo al hilo de las propuestas jacobeas; pero los hijos del Imperio del Sol Naciente siguen sin descubrir los atractivos de nuestro Paraíso Natural... Algo falla.
La captación de turistas japoneses en Asturias no pasa de ser una anécdota, sin huella en los registros estadísticos. En el siglo XXI no hay más remedio que seguir atribuyéndola a la casualidad, igual que cuando aterrizó en Llanes un pintor de Tokio llamado Tetsuo Hirata, hace más de treinta años. Para los chavales que jugábamos al fútbol en el Sablín, aquel personaje de Kurosawa, hospedado en casa de Tonina “la Pita”, representaba la nota más exótica que nos podíamos echar a la cara después de ver “El puente sobre el río Kwai”. (Hirata, que pintaba magistralmente rincones del puerto con lanchas en reposo, ponía a secar chicharros en el tendal, para comérselos según las costumbres ancestrales de su honorable país, pero terminaría aficionándose a los huevos “a la ranchera” del bar de Elvirina y a la rúbrica del café, copa y faria. La fascinación que despertaba entre la rapacería llegó a cotas insospechadas cuando nos enteramos de que en 1945 había hecho el juramento de los kamikazes y de que se había librado por poco de entrar en combate contra la flota de Truman. Su pasajera presencia y las excelentes exposiciones de óleos que presentó en la Casa Consistorial y en el Hotel “Don Paco” ya forman parte de la memoria colectiva llanisca).
La casualidad congenia mal con el marketing. Ésa es la cosa. Por eso, atraer a los súbditos del industrializado país asiático podría ser una de las prioridades turísticas del Principado, en un momento en que parecen concurrir circunstancias favorables para un cambio de tendencia. Muchos de ellos franquean hoy las puertas del Museo del Prado con una guía de viajes bajo el brazo titulada “Los cien pueblos más bellos de España” (editada por la Cámara de Comercio Hispano-Japonesa. Madrid, 1999), en la que figuran Cangas de Onís, Cudillero, Llanes y Luarca. Su autor, Osamu Takeda, es miembro del Pen Club e hispanista de larga trayectoria, y está preparando una monografía sobre la “Ruta de la Plata”. Autor de libros como “Españoles y japoneses” (premiado por la Asociación Literaria de Japón) y “Desde el país de don Quijote”, lleva más de tres décadas viviendo en Madrid. Es corresponsal de varios periódicos y revistas y transmite a sus compatriotas el conocimiento de la patria de Cervantes. Pero, por encima de todo, Takeda es director de la delegación española de Kintetsu, un “holding” con sede en Osaka, que controla en la zona central de Japón líneas de ferrocarril, grandes almacenes y cadenas de hoteles, y que es propietario del parque temático “Parque España” en la ciudad de Shima. Sobra decir que en la agenda de quien corresponda debería tenerse bien anotado el teléfono de este hombre.

Higinio del Río Pérez 
Viernes, 5 de julio de 2002


Osamu Takeda.


Las dos páginas
que dedica el libro
a Llanes.
Tetsuo Hirata, entre sus colegas
Alfonso Iglesias,
a la izquierda,
Jesús Palacios de la Vega.






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